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El té blanco, al estar mínimamente procesado, es una de las variedades de té más delicadas que existen. Destaca por su poder antioxidante y antiinflamatorio.
Después del agua, el té es la bebida que más se consume en el mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Al día, se beben unos 6 mil millones de tazas de alguna de las variedades de esta bebida.